Salí de noche a recorrer, a encontrar un pasaje hacia la luna.
Con mi guitarra, mis penas y amores.
Pero me faltó la voz para cantarlos.
Y tocarlos, como si fuera el último recuerdo.
El pijama de una noche fría y cualquierosa.
Llegué a la esquina y me perdí, me votó al suelo la locura.
Y volé como ninguno, hacia los bosques de los cerros.
“Y un perro callejero me seguía,
Buscaba un amo, y me seguía.
Buscaba lo que yo buscaba,
Y lo seguí.”
Buscaba un amo, y me seguía.
Buscaba lo que yo buscaba,
Y lo seguí.”
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